Sin venir a cuento.

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Los que me conocéis sabéis que no soy muy de religiones y menos de iglesia. Y que Dios y yo quedamos los jueves para tomarnos unas copas y charlar, poco más.


A parte de eso, la Semana Santa es algo que he mamado desde Siempre y yo la vivo como una expresión cultural, relacionada con la fe cristiana por supuesto, pero que se puede vivir de igual manera si la vives como una raíz de tu existencia (crucifijos aparte).
Igual que el que admira un cuadro sin haber cogido un pincel o el que se emociona con una canción sin haber cogido una pandereta (por cierto la semana que viene bajo a por las zambombas al trastero).

Hoy, sin venir a cuento, me he levantado y el cuerpo me pide Semana Santa.

Tomo un poquito de pan con aceite y un vaso de caldo, mientras mi padre mima unas migas para comer y mi madre pone esmero en sus gachas dulces. Un domingo en que estas cuatro paredes son una casa y como siempre, este casa es un hogar.

Hoy, sin venir a cuento, me he levantado y el cuerpo me pide Semana Santa. El sol entra por la ventana de mi habitación, enciendo el ordenador y busco el archivo de "marchas semanasanteras", subo el volumen - Banda de Cornetas Sto. Cristo de la Victoria - Las Cigarreras - El Maestro Cebrían- Los Gitanos - Ntra. Sra. del Sol...

Desde la cocina, mi padre:
- Niño!! no ha nacido y ya lo quieres matar!!
Y mi madre:
- Que bonito!! "me" se pone los pelos de punta!!

Siempre dicen lo mismo.

Esta semana hablaban del incremento de casos de violencia contra profesores por parte de alumnos y padres de alumnos. Ains, la falta de respeto, adquirida o inculcada.

También vi un reportaje sobre la etnia gitana. Salvando la distancias, como me gustaría que se valorara igual en nuestra sociedad actual a la autoridad que te conceden los años, las marcas de la vida y las experiencias vividas para ser un "patriarca" una autoridad.

En mi casa siempre ha habido obediencia pero nunca sumisión, siempre ha habido normas, obligaciones y derechos. En mi casa nunca me han levantado la mano pero si castigos mensurables y proporcionales a la "fechoría".

Me alegro de ser de una generación (ni mejor ni peor) en la que produce mas respeto las arrugas de un anciano o el buen hacer del maestro que te azuzaba con una regla, que los piercings del camello de un barrio.

No se muy bien lo que os quería contar, Si el día plácido que estoy teniendo o mis recuerdos procesionales o reivindicar la vuelta al respeto hacia padres y nuestros mayores.

Pero es que hoy, sin venir a cuento, el cuepo me pide Semana Santa y mientras suena Costalero uno empieza a no responder por uno mismo.