Era verano, pero todo estaba escarchado porque se había empeñado en seguir haciendo códigos de barras sobra la tapa negra del water.
Marta miraba desde el quicio de la puerta del baño como el, en cunclillas, etiquetaba con aquellos códigos su vida " en ruinas".
Se volvió hacia el salón y se dejó caer en el sofá, tapándose la cara con las dos manos, evitando ver los desechos de una relación que, cual corazón congelándose , daba sus últimas paltipaciones.
El calor de fuera no evitó que a ella le recorríera por la espalda un escalofrío al oír una "inspiración" hueca, "rayada". Sus ojos estaban ya atrofiados de hacer salir lágrimas que Lucas convertía en copos de nieve.

Cogió su alma escarchada de un cajón y aprovechando un nuevo escalofrío, se levantó del sofá. Abrió la puerta por donde había dejado entrar el frío a su hogar y salió llevándose a rastras al amor, que miraba de reojo hacia la puerta del baño.
La impotencia del querer y no poder,
los abrigos que no quitan el frío,
las sábanas que nunca fueron de seda.
Todo Escarchado.
Demasiadas blancas noches al año,
las mentiras, los silencios y los motivos,
los abrazos oscuros de una vida entera.
Todo Escarchado.
La saliva de unos besos forzados,
el sexo con amor ya enterrado,
las bofetadas sin mano.
Todo Escarchado.
Un adiós callado.
Un final escarchado.
Y todo..todo Escarchado.
los abrigos que no quitan el frío,
las sábanas que nunca fueron de seda.
Todo Escarchado.
Demasiadas blancas noches al año,
las mentiras, los silencios y los motivos,
los abrazos oscuros de una vida entera.
Todo Escarchado.
La saliva de unos besos forzados,
el sexo con amor ya enterrado,
las bofetadas sin mano.
Todo Escarchado.
Un adiós callado.
Un final escarchado.
Y todo..todo Escarchado.
