Espera un golpe de suerte
se deja llevar por las horas.
Si le hablan, habla.
si la olvidan, padece.
Nunca fue una chica rebelde
nunca dio un grito,
rompió un plato
ni saco un sobresaliente.
Sus agujas de bronce
no sirven para coser recuerdos
ni marcar sus dudas
ni en el alma dar pespuntes.
Nunca se queja si la retuercen
las horas de amargura
las risas de la luna
las noches de septiembre.
El tictac del corazón doliente
mantiene sus pocas fuerzas,
esperando que su cuerda aguante
para volver a verle.
se deja llevar por las horas.
Si le hablan, habla.
si la olvidan, padece.
Nunca fue una chica rebelde
nunca dio un grito,
rompió un plato
ni saco un sobresaliente.
Sus agujas de bronce
no sirven para coser recuerdos
ni marcar sus dudas
ni en el alma dar pespuntes.
Nunca se queja si la retuercen
las horas de amargura
las risas de la luna
las noches de septiembre.
El tictac del corazón doliente
mantiene sus pocas fuerzas,
esperando que su cuerda aguante
para volver a verle.