4 de agosto de 2012

Una vida y un lobo


Hola  a todos,

digo "todos" y en realidad no sé si habrá alguien ahí. Al fin y al cabo mi ánimo de escribir no es más que una necesitad personal; sin embargo debo reconocer que una parte de mi ego espera que alguien, aunque sea por error, pase por aquí y se lleve una de mis esdrújulas prendida en la solapa o en el bajo del pantalón, como esas finas hiervas que se aferran a nuestra ropa tras un día de campo.

El Facebook dió paso a Linkedin, mis interminables horas frente al ordenador dieron paso a conversaciones, paseos, planes y sábados de limpieza general. Qué razón tenía Darwin con aquello de la adaptación. Qué extrañas se hacen las adaptaciones a nuestras decisiones vitales. Qué placentera ha sido está permuta de prioridades.

A pesar de saber que hice la mejor elección siempre seguiré acudiendo a este rincón privado para calmar públicamente la sed de letras. Me alegra saber que pase el tiempo que pase, tome las decisiones que tome,... siempre estará este pequeño espacio en blanco para plasmar lo que escribo en mi mente y sueño.

Cuando conduzco al trabajo, escribo en mi mente y sueño, cuando fumo un cigarro viendo desde las alturas mi ciudad, escribo en mi mente y sueño, durante el último segundo antes de caer rendido en la cama, escribo en mi mente y sueño.

Ella está soñando. Ella descansa en la cama, hace demasiado calor como para estar en el salón, la miro apoyado en el quicio de la puerta. Respira profundo y parece estar teniendo un sueño feliz. Al verla me alegra dedicar el tiempo en vivir en vez de soñar que podría vivirlo o soñar que podría escribirlo.

Esperamos un hijo por lo que de nuevo habrá en mi otra transformación, otro cambio de prioridades y otra adaptación. Feliz cambio, imparable adaptación.

Y a pesar de todo, seguir siendo ese lobo que aúlla a la luna, ese desconocido que llena unas cuantas líneas con letras desordenadas es lo que termina de describirme, como equilibrio a las elecciones de vida que me hacen ser quién soy. Somos un todo, no?

He leído los blogs de viejos conocidos y de nuevos desconocidos. Todos..., todos hablan de lo que viven, de lo que anhelan, de lo que sueñan. Ha sido agradable encontrar sentido en vuestras letras, encontrar pasión y desconcierto.

Permitidme seguir viviendo por un tiempo..., un día, un año, una década... para poder volver a contaros. Tengo la seguridad de que volveré y un día será para siempre porque esta droga introspectiva, estas conversaciones multisensoriales y estas letras intraogásmicas son tan necesarias para mí como el aire.

pd: lo de "permitidme seguir viviendo..." era una mera formalidad, siempre seré un lobo que hace lo que quiere.


Besos, abrazos, mordiscos y zarpazos...